España es la depredación irrestricta a manos de una casta parasitaria sin escrúpulos. El alcalde del PP de Santa Pola (Alicante), Miguel Zaragoza, tiene veinticinco asesores en nómina, muchos de ellos familiares y correligionarios, tanto de él, como de la concejala Lorento Serrano Pomares.
Todo está sobredimensionada, convertido el Ayuntamiento en una oficina de colocación. La policía local tiene una plantilla de 160.
El personal del Ayuntamiento es de 648 personas.
La Agencia de Desarrollo Local tiene a 38 personas en nómina. El equivalente en Barcelona, en términos comparativos, Barcelona Activa tiene 6 personas.
El alcalde Miguel Zaragoza, no la excepción sino la regla de un desastre de gestión nacional, recibe cada mañana las peticiones de colocación y, según fuentes del propio Ayuntamiento, “funciona como un rey que reparte mercedes”.
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